Los representantes de los casi 200 países reunidos en la Cumbre del Clima de Marrakech han aprobado este jueves una declaración de apoyo al Acuerdo de París, cerrado hace un año y que ya ha entrado en vigor. El texto, impulsado por Marruecos, no tiene efectos prácticos. Pero es una declaración política que aparece en un momento de incertidumbre por la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, que ha sostenido que sacará a su país de este pacto. La declaración afirma que el impulso que la lucha contra el calentamiento ha recibido este año es ya "irreversible", ya que, además de los Estados, han asumido este compromiso la ciencia, las empresas y los Gobiernos regionales.
El texto aprobado no tendría más recorrido que el que tiene una declaración política de esta Cumbre del Clima, que se cierra el viernes. Pero llega en un momento en el que se ciernen las dudas sobre el Acuerdo de París y la lucha contra el cambio climático. EE UU, la primera potencia del planeta y el segundo país que más gases de efecto invernadero emite de todo el planeta, podría salir del pacto de París y de la batalla internacional contra el calentamiento que se lleva a cabo a través de la ONU. Trump, escéptico sobre este fenómeno, ha amenazado con cancelar este pacto y cortar los fondos que su país transfiere a la ONU para programas sobre el clima.
Estas amenazas las lanzó durante la campaña. Pero no ha vuelto a referirse a este asunto desde que ganó las elecciones. Eso sí, durante la Cumbre de Marrakech, los principales países del mundo han reiterado que, aunque EE UU deje el acuerdo, ellos seguirán. Así lo han expresado los europeos, China, India, Brasil... Y eso es precisamente lo que señala la declaración de Marrakech: que el pacto de hace un año y la lucha contra el calentamiento es ya "irreversible". La declaración cuenta con el apoyo también de los negociadores de EE UU, que aún forman parte de la Administración de Obama. Trump y su equipo no entrarán en la Casa Blanca hasta enero.
El texto de Marrakech también es un llamamiento para que los Estados "aumenten la ambición". En el Acuerdo de París se reconoce que los planes de recortes de las emisiones que casi 200 países han presentado no son suficientes para cumplir con el objetivo: que el aumento de la temperatura a final de siglo se quede muy por debajo de los dos grados de media respecto a los niveles preindustriales.
La declaración se refiere a uno de los puntos que más preocupa a los países en desarrollo, la financiación que necesitan para adaptarse a los cambios que causa ya el calentamiento global y para desarrollar a través de fuentes de energías limpias. "Nosotros, los países desarrollados, reafirmamos nuestra meta de movilizar 100.000 millones de dólares", apunta el escrito. Este compromiso lo adquirieron los Estados hace años ya.
"La transición necesaria en nuestras economías para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París proporciona una oportunidad", añade el texto, "para aumentar la prosperidad y el desarrollo sostenible".